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Las hermanas Brontë fueron unas feministas Avant la-lettre que consolidaron una corriente literaria reivindicativa que ha llegado hasta nuestros días. No fue un camino fácil y tuvieron que recurrir a seudónimos masculinos para ver publicadas sus obras. Jane Eyre (1847) apareció firmada como Currer Bell y Charlotte Brontë tardó años en reconocer su autoría. Nos hallamos ante una novela adelantada a su tiempo, tanto en lo narrativo como en lo temático; una obra que trasciende el romanticismo al uso para adentrarse en los terrenos autobiográfico e ideológico. El personaje de Jane Eyre es el retrato de una mujer fuerte que lucha por su reconocimiento como persona, cuyo mensaje estará siempre vigente.